[3][6] Entre los amenazados estaba Nilsa Urquía, la única en la nómina que no trabajaba en el diario.
Urquía ya había comprado un pasaje hacia México, pero la mataron tres días antes de su exilio.
[4][3] A ambas las ahogaron, las arrojaron al río encapuchadas y con las manos atadas.
En la investigación se muestra como operaban en Argentina los organismos de inteligencia desde años antes del golpe militar creando listados con personas que luego fueron víctimas de la represión ilegal, como Osvaldo Catena.
[15] En 2014 hubo un acto en su homenaje, al cumplirse cuarenta años de su martirio y muerte.