Se sabe por la crónica del escritor árabe Ibn Idari, que en el año 904 el castillo de Bayas pertenecía al rey Alfonso III de Asturias.
Ese año, Alfonso asedió el castillo de Grañón, que pertenecía al Banu Qasi Lope Ibn Muhammad.
Al enterarse de la posición que había ganado el musulmán, el rey Alfonso rápidamente levantó el sitio sobre Grañón y se retiró a posiciones más seguras.
Gracias a la crónica de Ibn Idari se sabe que estaba en la ribera izquierda del río Ebro (al norte del río), y cercano a la desembocadura del río Bayas.
Hay que tener en cuenta que todavía en el siglo X las riberas del Ebro a la altura de Miranda de Ebro y Bayas estaban inundadas por la laguna de Bilibio, por lo que es de suponer que la línea de la ribera que menciona Ibn Idari no coincidiría con la actual.