Castillo de Pioz

A su vez, la barbacana se rodea de un foso.

La entrada al recinto se sitúa junto a la torre del homenaje hacia el sur, lo que obliga, a quien quiere acceder al castillo, a rodearlo desde la entrada principal del puente levadizo.

Pese a poseer un aspecto empíricamente militar, nunca fue usado como tal.

Una vez concluida la fortificación no llegó a tener función defensiva por la escasez de batallas en la zona, ni tan siquiera residencial, como estaba pensado desde un principio, y fue abandonada pese a que desde su finalización la familia de Gómez de Ciudad Real puso alcaide y encargados de mantenimiento hasta el siglo XVIII, cuando fue vendida a un particular que realizó algunas reformas como la tapia del puente levadizo y los palomares de las torres.

Tras la Desamortización pasó a manos particulares y en 1883 fue adquirido por doña Francisca Rodríguez Moreno, viuda de Evaristo Ventura, pasando luego sus a herederos, la familia Sánchez Ventura, hasta que fue adquirido por el Ayuntamiento, actual propietario.

Vista del castillo en la segunda mitad del siglo XIX