Fue declarada patrimonio histórico nacional, por lo que es motivo de gran orgullo para la ciudadanía paranaense.
Es la obra más importante de Juan Bautista Arnaldi, proyecto que realizara en el año 1882.
El párroco, Francisco Arias Montiel, el primero de la parroquia, propaga la devoción, funda escuelas y convierte a los aborígenes.
A la derecha del presbiterio se encuentra el Museo Histórico de la Catedral que posee valiosísimas piezas.
La cúpula está tratada como una serie de líneas curvas imitando nervaduras estructurales con un sentido simplemente decorativo.
La pila bautismal perteneció al tercer templo y fue bautizado en ella el padre Ceferino Namuncurá.
Estos representan los Misterios del Rosario, gozosos, dolorosos, gloriosos y también escenas bíblicas.
El Vía Crucis es de procedencia italiana y está hecho en hierro pintado.