Celestina Marrón

Junto a compañeras como Tina Pérez y Anita Sirgo tuvo una labor decisiva en la Huelgona de 1962.

Su familia sufrió los efectos de la represión franquista y tuvo que comenzar a trabajar ya desde niña.

[2]​ Su casa sirvió de refugio a dirigentes históricos del Partido Comunista como Horacio Fernández Inguanzo o Ángel León Camblor.

[5]​ En 1966 comenzó a trabajar en los comedores del pozo Candín, donde continuó hasta su jubilación en 1991.

[5]​ Después de jubilada, Marrón continuó con su militancia en Comisiones Obreras.