La cerámica letona (en letón: Latvijas Keramika o Latvijas podniecība) es el conjunto de la producción alfarera de Letonia, representado de forma especial por la «cerámica de Latgàlia», en la región oriental del país.
En la actualidad, se caracteriza por la ausencia de patrones o diseños, el uso colores sólidos y degradados, abundando los tonos terrosos (ocres, verdes, marrones, etc.); aunque también hay ceramistas que utilizan colores brillantes en sus piezas únicas.
Algunas características, como el esmalte moteado recuerdan a la cerámica japonesa.
El precedente alfarero en el territorio de la actual Letonia se remonta al Neolítico con la producción de la llamada cultura de la cerámica del peine (4200 a. C.- 2000 a. C.), por sus vasijas decoradas con impresiones realizadas con un objeto similar a un peine.
A su vez, esta cerámica se cataloga dentro de la cultura de Narva común no solo a Estonia y Letonia, sino también a Lituania y Rusia occidental.