[1][2] Sin embargo, en distintas entrevistas con la policía, psiquiatras y periodistas,[3] dejó caer que había asesinado a muchas más personas, de quienes no podía recordar con exactitud sus nombres, pero sí los detalles de los crímenes.
Charles Cullen está cumpliendo una condena de 18 cadenas perpetua consecutivas en la prisión estatal de Nueva Jersey, por lo que morirá en la cárcel, puesto que su libertad condicional quedó establecida para el año 2403.
Al año siguiente, Charles dejó la secundaria y se alistó en la Marina de los Estados Unidos, donde sirvió a bordo del submarino USS Woodrow Wilson.
Cullen fue disciplinado por ello, pero nunca explicó con claridad por qué estaba vestido de tal guisa.
A Cullen le dieron baja médica de la Marina en 1984 por razones que se desconocen.
Los primeros asesinatos que Cullen posteriormente confesaría tuvieron lugar en el hospital de San Bernabé.
La última de estas víctimas dijo que "un enfermero sospechoso" le había inyectado algo mientras dormía, pero sus familiares y empleados del hospital descartaron tal alegación al pensar que carecía de credibilidad.
Posteriormente, encontraría trabajo en el Hospital Morristown Memorial, pero lo despidieron al poco tiempo por su bajo rendimiento.
Tras acudir por depresión a Urgencias del Hospital Warren, fue ingresado en una institución psiquiátrica durante un corto espacio de tiempo.
En dicho centro Cullen fue acusado de administrar a los pacientes fármacos en horas no programadas.
Una prueba de sangre realizada en la autopsia del paciente reveló cantidades letales de este fármaco, aunque una investigación interna en el hospital arrojó resultados no concluyentes al no haber pruebas suficientes que apuntaran a Cullen como responsable directo del crimen.
Además, no había un mecanismo en vigor para la identificación de enfermeros con problemas mentales o laborales.
Preocupados por perder credibilidad, los hospitales se negaban a tomar acciones legales significativas contra Cullen.
Un mes después, renunció y aceptó un trabajo en la unidad cardiológica del Hospital San Lucas, en Bethlehem.
Optó por renunciar y lo escoltaron hasta la puerta principal del edificio en junio de 2002.
Por ese tiempo, comenzó a salir con una mujer que residía en dicha localidad, pero su depresión empeoró.
[7] La policía lo mantuvo bajo vigilancia durante varias semanas hasta que pudiesen concluir la investigación.
Los agentes le pusieron un micrófono a Loughren para que quedara y hablara con Cullen al salir del trabajo.
Gracias a su colaboración se pudieron recabar pruebas suficientes para una causa probable que justificase su detención.
El 14 de diciembre confesó ante los detectives Dan Baldwin y Tim Braun que había asesinado a Florian Gall y había intentado matar a Jin Kyung Han, ambos pacientes de Somerset.
Un mes después se declaró culpable del asesinato de otros 3 pacientes en Nueva Jersey.
En un momento determinado del proceso, Cullen le solicitó al juez que "dimitiera del caso", ya que lo acusó de haber hecho "comentarios poco éticos a la prensa sobre el asunto".
[15] En vez de usar calmantes y estimulantes comunes, cuyo acceso estaba estrictamente controlado por los hospitales debido a que podían usarse como drogas recreativas, Cullen optó por emplear como armas para sus crímenes la digoxina y la insulina, fármacos que tenían poco uso fuera del ámbito hospitalario y eran menos proclives a llamar la atención.
Amenazaron con una renuncia masiva si Cullen no era inmediatamente alejado del cargo, y así fue.
También dictaminó que las quejas y las historias médicas asociadas al cuidado de los pacientes sean almacenadas durante muchos años.
[16] La película de 2008, "Killer Nurse" (Enfermero asesino), escrita y dirigida por Ulli Lommel, está en parte basada en Cullen.
[18] El guion de la película "The Good Nurse" (El buen enfermero) fue adaptada por Krysty Wilson-Cairns a partir del libro "The Good Nurse: A True Story of Medicine, Madness and Murder" (El buen enfermero: una historia verdadera de medicina, locura y asesinatos) escrito por Charles Graeber, y fue dirigida por Tobias Lindholm[19] e interpretada por los actores Jessica Chastain y Eddie Redmayne.
El documental "Capturing the Killer Nurse", de Tim Travers Hawkins (2022), escrito a partir del mismo libro, explica como Charles Cullen fue arrestado.