Al cabo de dieciocho meses, Pape sugiere a Wilberg de continuar su formación con Paul Gropius, con quien adquiere conocimientos sobre perspectiva y arquitectura.
Alcanza un vasto conocimiento en arquitectura clásica que utilizó para diseñar reconstrucciones de inmuebles romanos.
Esta última obra maestra fue incinerada como consecuencia del incendio de la sala de exposición, incidente del que Wilberg solo pudo conservar algunas pinturas y dibujos.
Tras este episodio, Wilberg se marchó a Francia en compañía de Ludwig Pietsch para pintar en Sedán.
En su camino, cayó enfermó visitando París, donde falleció poco tiempo después.