Jacobo Arminio les entrega una carta de recomendación para Juan Vittenbogaert, teólogo protestante en la ciudad.
[23] No es totalmente seguro que Valera regresara a Inglaterra tras su estancia en los Países Bajos, si bien resulta lo más probable, ni, sobre todo, la fecha exacta de su muerte.
Entre los papeles de Benjamin B. Wiffen (1794-1867), se halló una copia anotada por él mismo del Ecelesiasticus Graece ad exempla Romanum de Jan Drusius, que destaca con fuerza que así lo hizo.
Otros autores sitúan la dudosa fecha de su muerte en 1602, 1622 o incluso 1625.
[25][26] Publicaciones especializadas aparte, la Reina-Valera y sus autores han venido teniendo cierto eco en la prensa diaria: