Desde la Edad Media, las cisternas fueron utilizadas como alojamientos provisionales, establos, graneros y sótanos por la población local, incluso tan tardíamente como en el siglo XX.
Esta ocupación ha obstaculizado siempre el estudio científico del complejo.
La puesta en valor del sitio, con un estado de conservación excepcional, así como el establecimiento de un espacio museográfico dedicado está siendo planificado, sin que sea fácil obtener información al respecto.
Los compartimentos fijados eran quince y estaban dispuestos de forma paralela.
[2] Las grandes cisternas estaban conectadas al amplio complejo de termas de Antonino por canalizaciones sobre todo subterráneas que utilizaban la fuerte pendiente del terreno.