Puertos púnicos de Cartago

Los fenicios no confiaban al azar la elección de una nueva colonia en un lugar determinado.

La zona de embarque estaba formidablemente protegida gracias a la oportuna localización del promontorio Sidi Bou Saïd, la propia ciudad en stricto sensu.

Excavaciones arqueológicas han descubierto los trazos de un canal que hacen pensar que funcionó hasta su enarenamiento en el siglo IV a. C. El canal en cuestión puede ser seguido de forma arqueológica durante 400 m aproximadamente, habiendo sido edificado sobre terreno natural.

Se supone también que podría haber existido un segundo canal paralelo al primero.

[9]​ Dichos espacios son relativamente bien conocidos en otras ciudades púnicas, como Motia, en Sicilia, o Mahdia, en Túnez.

A primera vista es difícil identificar la laguna circular con el puerto circular de la antigua Cartago, cuya flota, que hizo temblar la cuenca del Mediterráneo occidental, habría podido ponerse al abrigo en este pequeño espacio.

[11]​ Estas dársenas eran sin duda los almacenes acondicionados para acoger a los barcos citados por Estrabón.

En medio del islote circular, se situaba un espacio a cielo abierto, a cuyo lado se levantaba una torre, que es verosímil que sea la torre del navarca mencionada por Apiano.

Por otra parte, las aglomeraciones no debían tener lugar más que durante el invierno.

[14]​ Los dos puertos estaban unidos por un canal, en cuya entrada, según otro texto de Apiano, una explanada permitía almacenar las mercancías.

[16]​ El antepuerto comunicaba con la muralla marítima del siglo II a. C. Un atento estudio llevó a calificar este espacio como un terraplén o «chôma».

[18]​ Fue quizás en estos lugares donde puso el pie el ejército romano durante la tercera guerra púnica, constituyendo la cabeza de puente desde la que partió el asalto final.

El asalto final dirigido por el general romano Publio Cornelio Escipión Emiliano procedió, sin embargo, del barrio de los puertos (146 a. C.).

El islote del almirantazgo durante la época de dominio romano estaba ocupado por una plaza pública cercada por columnas.

Este temblor de tierra fue tan fuerte que la ciudad tardó mucho tiempo en recuperarse del desastre.

A pesar de que las actividades portuarias prosiguieron, la topografía del lugar había cambiado ampliamente.

La complejidad de esta cuestión ha podido hallar un relativo esclarecimiento, aunque numerosas zonas permanecen oscuras.

[24]​ Una simple intuición reconocería que los lugares en donde debían estar situados los puertos dependerían en particular de su orientación con respecto a los vientos, los cuales influirían notablemente en su empleo.

Localización de los puertos púnicos.
Actual orilla de Cartago.
Vista de los puertos (1958).
Dique de la dársena.
Islote del almirantazgo en la época romana.