La clase Kiev, también denominada Proyecto 1143, es una serie de cruceros portaaviones fabricada en la Unión Soviética.
Además estaban equipados con un potente armamento antisubmarino y de defensa aérea.
El primer barco de la clase fue botado en Nikolaiev en 1970, y entró en servicio en la Flota del Norte en 1975.
Sus aviones de combate Yak-38 estaban diseñados específicamente para el uso desde estos buques, operando junto con 16-18 helicópteros ASW Ka-25.
Dentro de la marina soviética fueron clasificados como cruceros pesados portaaeronaves, una triquiñuela para facilitar que Turquía no denegara su paso por el estrecho del Bósforo.
El éxito de la clase Kiev llevó al Proyecto 1143,5, cuyo diseño mejorado permitía despegues y aterrizajes convencionales, haciendo posible operar variantes navalizadas de los Su-27, MiG-29 y Su-25.
En las décadas de 1950 y 1960 los estrategas militares soviéticos consideraban que los portaaviones eran herramientas imperialistas de agresión, y cualquier iniciativa para construir uno propio fue eliminada por el poder político.
Con el tiempo la posición cambió y la línea de pensamiento que buscaba dotarse con un componente aeronaval embarcado se impuso.
Fue asignado a la Flota del Pacífico, y también realizó algún despliegue en el Mediterráneo con el Kiev.
El Novorosíisk entró en servicio en la Flota del Pacífico en 1982, junto al Minsk.
Las dificultades económicas y la apuesta por portaviones convencionales que podían operar aviones de mejores prestaciones condenaron a estos buques, que durante su carrera nunca terminaron de tener el favor del alto mando.
El único buque de ésta clase que continúa operativo fue vendido a la Marina India tras ser completamente transformado.