Claude Piron

Posteriormente trabajó para la Organización Mundial de la Salud, entre otros en África y Asia.

Escribió en francés algunas obras sobre asuntos psicológicos, así como un ensayo sobre la comunicación lingüística: Le défi des langues - Du gâchis au bon sens [El Desafío de las lenguas - Del lío al sentido común] (París: L' Harmattan, 2ª edición 2001).

Esta pequeña novela policíaca se limita a una gramática básica y a un vocabulario reducido a las palabras más frecuentes en los primeros capítulos, para ensancharse progresivamente en estructuras más complejas e introducir una pequeña lista de palabras nuevas en cada capítulo.

En contrapartida, defiende la tesis según la cual el esperanto es fácil porque su estructura se acerca a la del pensamiento gracias a su principio aglutinante, que permite expresarse asociando creativamente morfemas según un esquema que está más cerca del esquema del pensamiento.

En consecuencia, según Piron, el esperanto, contrariamente a todas las lenguas naturales, permite, tanto en su gramática como en la formación de las palabras, fiarse del propio reflejo de asimilación generalizadora, una ley psicolingüística descrita por Jean Piaget.