La interpretación correcta del ECG, en especial los más difíciles, requiere una nomenclatura para cada onda.
Si ambos ejemplos fuesen etiquetados en mayúscula, como RS, sería difícil apreciar la distinción de las ondas reales sin ver el ECG que las originó.
Las ondas Q normales, cuando están presentes, representan la despolarización del septo o tabique interventricular.
Las ondas Q mayores de 1/3 del tamaño de la siguiente onda R, o mayores que 0.04 s (40 ms) en duración (un cuadrito), o si están presentes en derivaciones precordiales derechas, se consideran anormales y pueden representar un infarto al miocardio.
Si el complejo QRS es en total mayor a 0.12 s, o con una morfología similar a una letra M es anormal y puede indicar hipertrofias, hiperpotasemia, un marcapasos o hipotermia (llamada Onda de Osborne),[1] un bloqueo de la conducción derecha, entre otros.