Fray Toribio de Benavente y Paredes en unión con los feligreses la denominaron patrona de la ciudad, luego de haber sido trasladada en procesión y puesta a veneración en la capilla.
[3][1][2] Es una talla en madera de un metro y medio de alto, tiene una sonrisa simulada en su rostro; en su brazo izquierdo al Niño Jesús mientras que con su mano derecha sostiene una lanza que reposa en la cabeza de una serpiente.
La lanza actual no es la lanza original, puesto que William Walker, hurtó la pieza de plata.
Sobre sus pies tiene una media luna (propio de la iconografía mariana).
Una vez que la Guerra Nacional de Nicaragua había terminado, en 1862, el General Tomas Martínez, la declaró "Generala de los Ejércitos de Nicaragua", este título fue otorgado, considerándose que la Virgen había jugado "un papel decisivo en las grandes batallas contra los filibusteros".