Escuela sevillana de escultura

Su procedencia es fundamentalmente francesa, que vienen tanto por razones políticas como religiosas o sociales.

El siglo XV es trascendental para la escultura de Sevilla, pues llegan a la ciudad significados ecos del foco cultural borgoñón eyckiano, liderado por Claus Sluter, de tanta monta en la Baja Edad Media.

Por todos ellos citaremos a Roque Balduque, autor de notables retablos e imágenes, admiradas por artistas.

Ambas corrientes, la clasicista, con sus ideales de belleza, y la norteña, con una estética que busca la expresión, configuran el ambiente artístico hispalense, en los dos primeros tercios del siglo XVI.

En el último cuarto del citado siglo XVI fija su residencia en la ciudad, un jienense nacido en Alcalá la Real y llamado Juan Martínez Montañés, que es no sólo la figura más brillante de la escuela sino quien define su verdadera sustancia y sentido.

En el segundo tercio del siglo XVII, fija su residencia en Sevilla el flamenco José Aertz, que castellaniza su apellido como Arce; conoce de su tierra nativa las fórmulas del barroco berninesco, a través del maestro François Duquesnoy e introduce en Andalucía este nuevo concepto y sus elementos expresivos, que renuevan algo el ambiente estético regional y local, lo cual se percibe con cierta claridad en dinamismo, fuerza de indumentaria, intenso claroscuro, etc. Pedro Roldán es la cabeza y el jefe de un importante taller familiar, donde actúan figuras destacadas en el arte español, como su hija María Luisa Roldán, conocida por la Roldana, y su nieto Pedro Duque y Cornejo, uno de los más excelsos escultores de la escuela, ya dentro del siglo XVIII.

En los últimos decenios del siglo XVII, labora Francisco Ruiz Gijón, formidable imaginero, de agudo realismo barroquista, que expresa en cierto modo las ideas propuestas por la escuela en este periodo y alcanza elevadas cotas e importantes metas.

Antonio Susillo enlaza ya con el siglo XX, al igual que su discípulo Joaquín Bilbao.

Más tarde Enrique Pérez Comendador, Juan Luis Vassallo y Antonio Cano Correa desenvuelven su actividad con aportaciones notables, dentro del marco de la más noble tradición en conceptos y en el propio quehacer.

Llanto sobre Cristo Muerto , de Pedro Millán, Museo de Bellas Artes de Sevilla .
Escultura de San Jerónimo penitente, (hacia 1528), original de Pietro Torrigiani, Museo de Bellas Artes de Sevilla.
Santo Domingo penitente. 1605-1609. La policromía fue realizada por Francisco de Pacheco. La escultura fue encargada para el convento de Porta Coeli . En la actualidad se conserva en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. [ 1 ]
Entierro de Cristo, de Pedro Roldán (1698), altar mayor de la iglesia del Hospital de la Caridad, Sevilla.