Su intensa actividad supuso que tuviera poco tiempo para componer durante la última parte de su vida.
Entre sus profesores se cuentan Richard Andersson, que fue alumno de Clara Schumann, y Johan Lindegren, que enseñó a varias generaciones de compositores suecos.
Wiklund está firmemente arraigado en la tradición romántica y resuena un débil eco de Brahms en este movimiento.
Esto no quiere decir que sólo sea una copia, su tiene un tono personal distintivo y en el bello movimiento lento no sólo hay gusto nórdico sino también fragancias de una paleta impresionista.
Wiklund había oído Pelléas et Mélisande de Debussy y quedó muy impresionado por esta obra.