Concierto para viola

Durante el siglo XX y el siglo XXI, la viola comenzó a ser tomada en cuenta como un instrumento solista y de concierto, por lo que aparecieron numerosas obras dedicadas a los virtuosos del instrumento.

Estas opiniones iban en consonancia con respecto al repertorio orquestal, que utilizaba a la viola como un instrumento de acompañamiento, pero no para realizar obras solistas o concertantes.

[4]​ La primera obra en la que la viola tiene un rol protagónico junto a otro instrumento es la Sinfonía concertante de Mozart, en el que un violín y una viola son solistas; sin embargo, Mozart recomienda que el violista afine su instrumento un semitono más alto de lo normal, para tener mayor brillantez.

Sin embargo, al ser esta obra un encargo de Niccolò Paganini, se esperaba que fuera una pieza virtuosa; pero Berlioz no siguió los lineamentos de Paganini y realizó una obra expresiva, en la que "la viola brilla como un antihéroe melancólico en lugar de alinear frenéticamente semicorcheas."

[1]​Sin embargo, fue hasta el siglo XX, cuando la viola comenzó a ser tomada en cuenta como un instrumento solista en toda la expresión de la palabra, apareciendo una enorme cantidad de repertorio, tanto para el instrumento solista, como obras concertantes con orquesta.

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Primera página de la parte del solo de viola, en el conjunto de partes manuscritas del Concierto para viola en re mayor de Hoffmeister .