Aunque tienen una denominación común, los conflictos potsoviéticos se caracterizan por aspectos no necesariamente compartidos, pudiendo ser tanto internos, externos o heredados del período soviético..
[1] Algunos conflictos soviéticos terminaron en punto muerto o sin un tratado de paz, y se conocen como conflictos congelados posterior a la disolución de la Unión Soviética.
Los conflictos postsoviéticos específicos son los que se llevan a cabo entre Estados herederos de la Unión Soviética.
En este caso los intereses ideológicos y políticos primaron sobre las disputas territoriales y/o movimientos separatistas, aunque igualmente se pueden encontrar presentes, como por ejemplo la existencia del llamado Bloque del Este en el centro y el este de Europa que duró algunos años posteriores a la disolución soviética, los diferentes movimientos anticomunistas que provocaron grandes revoluciones en los Estados satélites soviéticos de todo el mundo[3] y también las ayudas económicas y políticas a gobiernos alineados al soviético en países como Corea del Norte[4] o Cuba,[5] les trajo a estos (cuando la Unión Soviética dejó de existir) problemas con el mundo occidental, las intervenciones militares soviéticas en Yugoslavia y más recientemente en Afganistán que por problemas internos el gobierno soviético se vio obligado a dejar, a pesar de que el conflicto principal siguiera en curso muchos años después de la desaparición del país comunista y como consecuencia se expandiera a países o regiones colindantes (en el caso de Yugoslavia a la Unión Europea y en el caso de Afganistán a casi todo oriente medio).
Los conflictos generados por los gobiernos posteriores de los Estados satélites de la Unión Soviética o gobiernos subordinados a este último, como por ejemplo las guerras yugoslavas o las intervenciones militares cubanas o conflictos en donde la Unión Soviética haya perdido protagonismo, como la guerra camboyano-vietnamita, tampoco se considera postsoviético a conflictos generados por partidos o movimientos políticos/ideológicos que simpatizaran con la Unión Soviética, como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional que participa en la crisis del Estado de Chiapas, y, por último, también se excluye a las intervenciones o guerras que los Estados postsoviéticos realicen fuera de la esfera de influencia soviética, como, por ejemplo, la participación de las repúblicas bálticas en la guerra contra el grupo islamista Estado Islámico o la intervención militar en la guerra civil siria por parte de Rusia.