[3] Sin embargo, desde muy temprano fue claro que el CGH "[...] no era una organización homogénea de estudiantes convocados espontáneamente por un liderazgo único, sino una complicada maquinaria diseñada precisamente para anular toda intención hegemónica por parte de las diferentes corrientes políticas que lo conformaron desde el inicio.
Luego de ello, el CGH se reunió "en el exilio" en la Universidad Autónoma Metropolitana, hasta que pudo volver a la UNAM.
[cita requerida] En el CGH aunque existían distintas corrientes estudiantiles, colectivos y agrupaciones políticas, no tenían participación política como organización, pero tenían derecho democrático a plantear sus puntos de vista como cualquier compañero, mientras levantaran la mano y esperaran su turno para hablar.
El CEU fue, hasta el surgimiento del CGH, la organización que encabezó los movimientos estudiantiles por años.
Sus reuniones se realizaban en la Facultad de Economía, y aunque podía integrarse prácticamente cualquier estudiante, se conformó fundamentalmente por corrientes que comenzaron a diferenciarse por izquierda del CEU en sus métodos de lucha y sus propuestas políticas.
Aunque estas reuniones fueron fundamentales en un inicio, el BUI disolvió sus reuniones poco después de iniciar la huelga, y las corrientes que lo integraban comenzaron a funcionar por separado, con coincidencias y divergencias durante toda la lucha.
En un principio, la frase "ultras y moderados" se utilizaba hasta despectivamente en la prensa amarillista; posteriormente, el movimiento estudiantil informalmente se fue apropiando de estas "identidades" para contrarrestar las calumnias de la prensa y fundamentar sus posturas.
Prácticamente todas las corrientes tuvieron incidencia en algún momento de la lucha (excepto las posturas que plantearan rebajar el pliego petitorio).
[cita requerida] Los "ultras" y "moderados" comenzaron a identificarse por escuelas, al prevalecer determinadas posturas en distintas sesiones.
Pero en algunas escuelas la representación "ultra" y "moderada" era muy equitativa en algunos planteles, y esto llevaba a que en ocasiones llevaran sus diferencias políticas hasta al pleno del CGH o que llegaran delegados con posiciones divididas.