Es posible que para esa época, la estructura aún estaba en construcción, con varias partes cubiertas de bóvedas, pero otras por completar.
Por ende podríamos decir que si bien había un coro para ese entonces este estuvo incompleto y era considerablemente más sencillo en cuanto al aspecto y ampliación que se le dio a partir del siglo XVIII.
En los interiores se instalaría el nuevo Coro el cual estaba situado en la entrada enfrente del Altar Mayor justo en la nave central y poseía una forma trilobada en sus gradas parecida a la que tienen las gradas del actual Presbiterio.
Este podría ser uno de los motivos para su desmantelamiento, además que al estar ubicado entre los cuatro primeros pilares de la catedral este consumía un considerable tamaño que podría estar ocupado con sillas para los oyentes.
Muy poco material visual existe de este Coro, pero se dio a entender que fue un elemento arquitectónico muy distintivo y único en Honduras que debido a la poca importancia a los elementos históricos como la poca atención y cuidado que poseyó el patrimonio de la ciudad este fue retirado y actualmente solo se ha podido conservar una silla.
Una vez tomado en cuenta esto se daría luz verde para el proceso de demolición.