Estuvo además en Plasencia y en Mérida; en una localidad cercana a esta última, Cáparra, conoció al duque de Béjar.
Tuvo, pues, un cierto papel en la introducción de este género narrativo; se cree, por ejemplo, que el también sevillano Mateo Alemán conocía la obra.
Como consecuencia de esa negativa, el prior del monasterio, John Houghton, y otros dos priores cartujos que lo acompañaban, fueron arrestados, condenados y ejecutados en mayo de 1535.
Dos de ellos, que habían sido trasladados a York, fueron ahorcados en esa ciudad, y otros diez fueron encarcelados en Newgate, donde nueve murieron como consecuencia del hambre y los malos tratos.
El superviviente fue dejado en libertad durante algún tiempo, pero, finalmente, condenado y ejecutado.