Crucero de Cartagena

El que un elemento tan representativo de la cultura de Galicia se encuentre en un punto tan lejano de su lugar de origen se debe al hermanamiento suscrito por las ciudades de Cartagena y Ferrol en el año 1973, durante las alcaldías de Ginés Huertas Celdrán y Rogelio Cenalmor Ramos, respectivamente.

[1]​ Así, mientras que Cartagena regaló un molino de viento como los que pueden verse en el Campo de Cartagena, Ferrol respondió entregando como presente un crucero esculpido por el artista sangenjino Alfonso Vilar Lamelas (1927-2011).

[2]​ El Ayuntamiento ferrolano ubicó el molino en el parque industrial del barrio de Caranza, y el cartagenero por su parte lo colocó en la céntrica calle Real, donde se encuentra el acceso al Arsenal Militar.

Su peana rectangular tiene tres escalones y su fuste está adornado con el escudo de Ferrol en relieve y coronado por un capitel con volutas.

En la parte superior de la columna se encuentra finalmente el Cristo crucificado en la cara anterior y la Virgen y el Niño en la posterior.

El crucero.