[1] La palabra cuévano deriva del griego κοφινος (cofinos), con el mismo significado.
Los materiales que se usaban tradicionalmente para hacer cuévanos eran el mimbre y la caña entrelazados.
Antiguamente los cuévanos, al igual que cualquier tipo de cesto, tenían muchas utilidades.
La más extendida, y que aún perdura, es la de vendimiar la uva.
[2] Al hacer la cosecha de la uva el recolector va llenando los cuévanos y los lleva a un recipiente más grande llamado portadora o samal.