[4][5] Aunque cada cuento está concebido como obra individual a lo largo de los años, mantienen una cohesión y conjunto.
También se nota la influencia norteamericana en “Las hijas de Inés”, donde hay una crítica a los snob y ricos tontos.
No son simples narraciones para deleitar, sino “casos individuales”, “tipos” dentro de la sociedad en la que el autor vivía.
Se componen de una o varias escenas pero siempre escritas con brevedad, en sus rasgos esenciales.
A veces de la conversación entre dos amigos trae un recuerdo del pasado que es un relato en sí mismo.
Están principalmente en la descripción del ambiente, casi siembre esbozado con unos pocos rasgos clave.
Unos cuantos aparecieron en “El Fonógrafo”, durante la vida del autor y no están compuestos en la misma época.