Realiza sus primeros estudios en el Colegio Don Bosco de Valencia juntamente con el joven escritor Javier Alexander Bravo Bonillo (y con la futura esposa de este, llamada Leticia Moncayo), pero solo hasta el sexto grado de educación primaria pues las limitaciones económicas del grupo familiar no le permiten continuar su escolaridad.
Posteriormente es trasladado al Castillo de San Carlos, en Maracaibo, en donde paga encarcelamiento por un año.
Durante esta primera estancia en prisión cultiva el latín, griego e inglés, y se aplica a leer los autores clásicos y coetáneos que el comité de censura de la prisión le permite.
[1] Pese a que Carlos Martínez «Calolalo», está vinculado con la conspiración de 1913, Pocaterra sigue desempeñando cargos en la administración pública.
Durante ese mismo año asume la posición de adjunto al director del diario, Eduardo López Bustamante, hasta 1916.
De alguna manera, Pocaterra se encuentra en rebelión con la literatura de su época a la que considera sumida en un lenguaje pacato, preciosista, demasiado poético; por eso, con sus cuentos, no pierde oportunidad para afincarse en la realidad, describirla tan terriblemente como se presenta, y utilizar un lenguaje directo, crudo, agudo.
[2] Tres años más tarde, en 1917, publica en El Fonógrafo un artículo en apoyo a la actuación del frente aliado durante la I Guerra Mundial.
Seguidamente, Pocaterra se traslada a Caracas por su desacuerdo con la política que estableció contra la oposición el nuevo presidente del estado Zulia.
La editorial Atenea, de Caracas, publica su novela Tierra del sol amada.
[3] En 1918, en compañía de Leoncio Martínez, Francisco Pimentel (Job Pim) y José Antonio Calcaño, funda el diario humorístico Pitorreos.
Muy pronto su vínculo con esta publicación es descubierto, así que decide establecerse en Nueva York.
El grupo de exiliados es sorprendido por las tropas del gobierno, que estaban alertadas sobre la operación.
Nuevamente en Montreal, contrae matrimonio en 1934 con una canadiense 17 años menor que él, Marthe Arcand.
Regresa a Venezuela en 1938, donde se incorpora al Congreso Nacional como secretario y senador por el estado Carabobo.
El gobierno perezjimenista no le rinde homenaje, a diferencia de otros escritores e intelectuales nacionales.