El sacrificio de toros mediante degollamiento podía tener una función culinaria ya que luego de cremar una parte del animal en un altar como ofrenda al dios, el sacrificante y los participantes podían alimentarse con los restos del mismo.
En Corcira, un toro abandonaba las vacas, bajaba de las pasturas y bramaba en la orilla del mar.
Como sucedía lo mismo todos los días, un pastor bajó al mar y vio una gran cantidad de atunes.
[9] La tradición ateniense menciona que el héroe Teseo, creó los Juegos Ístmicos en honor a Poseidón.
[12][13] La simbología del yelmo tiene su paralelo cuando los tres hermanos Zeus, Poseidón y Hades, luego de destronar a su padre Crono, echan suertes con un yelmo para dividirse los reinos del cielo, las aguas y el mundo subterráneo.
[17] En las actuales prácticas religiosas dentro del helenismo, a Poseidón suele ofrecérsele libaciones, ofrendas de alimentos, invocaciones e himnos.
Salve, Posidón, que ciñes la tierra y llevas cerúlea cabellera: oh bienaventurado, socorre a los navegantes con corazón benévolo".
[18] Para solicitar una navegación sin obstáculos ni problemas: "Escucha, Poseidón, regente del mar profundo, cuyo líquidos brazos oprimen la sólida Tierra.
A ti te invoco, cuyos corceles hienden las espumas, de su tenebroso encierro las salobres desde la sima ascienden las ondas innúmeras, amontonadas, rugientes, que tú conduces.
La estremecida tierra y la inmensidad líquida, ¡oh, Dios de oscura cabellera!, obedecen al Hado que tú ordenas.