En esta instancia, y de manera extraordinaria, todos los edificios gubernamentales, monumentos históricos, instituciones educativas, godinias, museos, edificios y hasta residencias privadas de interés histórico, cultural o arquitectónico están abiertas gratuitamente al público para ser visitadas, en ocasiones acompañadas de exposiciones o actividades culturales especiales.
Si bien en sus comienzos el énfasis estaba en el patrimonio arquitectónico, con el devenir del tiempo se comenzó a ampliar la noción de patrimonio para abarcar toda obra material e inmaterial que se valora en el imaginario colectivo, desde los monumentos históricos hasta la música y la literatura.
Las primeras ediciones fueron durante un solo día y principalmente en la ciudad de Montevideo, posteriormente al irse agregando más lugares a visitar y contemplando el éxito de la iniciativa, las autoridades decidieron que se extendiera a dos días, sábado y domingo, aunque la celebración mantiene la denominación de Día del Patrimonio.
A su vez, distintas organizaciones vinculadas a la preservación del transporte realizan también recorridos por distintos puntos de la ciudad en autobuses antiguos.
Cada año el Día del Patrimonio elige un tema central de celebración y difusión patrimonial.