Más tarde sirvió como soldado estadounidense durante la Primera Guerra Mundial y murió en combate.
Al abandonar su dormitorio, fue la última vez que vio con vida a los tres jóvenes con quienes había compartido cabina.
[4] Buckley ascendió deprisa a cubierta, donde observó que todos los pasajeros llevaban puestos chalecos salvavidas menos él.
Se hizo paso entre los viajeros que se movían en dirección contraria a la suya, notándolos alterados a muchos de ellos; las mujeres llorando y los hombres tratando de consolarlas diciéndoles que no había peligro.
[Notas 3] Justo cuando iba a abrirla para pasar, un hombre se le acercó, probablemente un marinero, y lo empujó arrojándolo a la cubierta de tercera clase al mismo tiempo que cerró con llave la mencionada puerta.
[4] Afortunadamente en la cubierta superior, mientras intentaba conseguir un salvavidas, un pasajero de primera clase que portaba dos le cedió uno.
Después ayudó a otros marineros con los cabos para arriar unos cinco botes salvavidas.
Surgieron más problemas cuando a los hombres en el bote al que Buckley había conseguido subir se les ordenó bajar, supuestamente a punta de pistola, aunque finalmente el oficial disparó con su revólver varios tiros al aire para forzar su salida.
Después de su llegada a los Estados Unidos, Daniel se instaló en Manhattan, donde trabajó en un hotel.
Fue inicialmente enterrado en Francia, pero sus restos fueron llevados a Irlanda, en su localidad natal Ballydesmond,[12] en la primavera de 1919.
[14] Buckley es también ampliamente reconocido por haber escrito Sweet Kingwilliamstown, una canción popular folk en la región de Sliabh Luachra en Munster, Irlanda.