En la época más reciente asistimos a una lenta pero progresiva recuperación demográfica durante todo el siglo XIX, que se acentúa en la primera mitad del XX.
Castilla-La Mancha se sitúa en el noveno puesto de entre comunidades autónomas españolas por población, representando el 4,5 % del total nacional.
Estos datos vienen a demostrar el progresivo envejecimiento de la población castellano-manchega, aunque mitigado en parte por la inmigración.
La tasa de mortalidad en el año 2014 se situaba, según los datos del INE en 8,87 defunciones por cada 1000 habitantes, algo superior a la media española que era de 8,46.
La distribución territorial de las ciudades en Castilla-La Mancha tiene como elemento definidor la presencia mayoritaria en los sectores llanos del territorio.