Es por ello que la comprensión de la depresión en los animales puede ayudar a combatirla mejor en las personas.
Un primate deprimido muestra comportamientos tales como inactividad, mirada perdida, estereotipias y anorexia.
En libertad también se han registrado eventos depresivos en primates, pero suelen ir unidos a situaciones vitales estresantes, como el duelo por la muerte de un ser querido.
Por suerte, en la actualidad hay aún más concienciación respecto a su salud mental.
Los felinos son más propensos que los perros a exhibir comportamientos de aletargamiento.
Es común observar a los delfines nadar de forma errática, golpearse contra las paredes del acuario, perder el apetito o quedarse inmóviles y apáticos cuando están deprimidos.