Para evitar hacer referencia al "diablo" en la palabra se lo suele llamar aya huma, que significa cabeza de espíritu.
[2] Este culto que fue compartido por los demás señoríos étnicos en el territorio ecuatorial que basaban sus ritos en el agua, ya sea a través de la adoración del mar en los manteños o en los manantiales a Catequil de los Puruhá, Quitus y Caranquis.
Según el compositor Segundo L. Moreno, en sus estudios musicológicos, los diablo huma cumplían la siguiente función:[3]
En la actualidad, el Diablo Uma es un danzante tradicional que forma parte de las fiestas y su popularidad lo ha difundido a otros lugares por lo que se usa su símbolo en distintos contextos, como una forma de representar el folclor de Ecuador, la conexión con la naturaleza, la línea equinoccial, por tener dos caras que están hechas para nunca dar la espalda al sol.
Según las tradiciones orales, cada rostro representa una de las etapas del día: diurna y nocturna.