Estos textos no solían documentarse, y se perdían luego de pronunciarse.
En ellos el autor traslada la escritura a la oralidad performática, utilizando un antiguo recurso de la poesía popular, hoy casi extinto, que a diferencia de la simple lectura, fuerza una comunicación inmediata e ininterrumpida con un público.
[3] Aquí están presentes los agradecimientos, la falsa modestia, la captatio benevolentiae y los elogios al destinatario original del premio u homenaje, como es lo usual en este tipo de textos.
[3] El humor también está presente en la contradicción de dos voces: el «yo» protocolar versus el «yo» rebelde y ególatra.
[2] Para el crítico Federico Schopf, este libro es un claro ejemplo del uso de la escenificación del sujeto poético, recurso utilizado por Parra para remecer al disperso, anestesiado, ensimismado, agresivo y desconfiado público contemporáneo.