Sin embargo, luego de algunos días el mismo vuelve a contactarse y esta vez sí se incorporó.
Domingo había captado a quien fue un gran militante del partido, Eduardo Foti “Pichón”.
La policía reprimió la toma y desalojó el hospital, deteniendo a muchos estudiantes, aproximadamente 200.
Los estudiantes marcharon en protesta horas después, pero fueron reprimidos en las calles Obispo Trejo y 27 de abril.
El 7 de septiembre participa activamente en la asamblea universitaria que termina en una batalla campal tras la represión policial , donde es asesinado Santiago Pampillón, quien recibió un disparo en la cabeza.
Domingo comenzaría a ocuparse principalmente del trabajo en las fábricas y del trabajo militar, a la vez que rendía alguna materia de su carrera cuando podía y se ocupaba de coordinar la militancia en el frente estudiantil cordobés con el TAR, la agrupación del PRT a nivel nacional en universidades y colegios secundarios.
Menna estuvo cerca del lugar donde cayó baleado el obrero de Káiser Máximo Mena.
Inclusive intentaron sin éxito la liberación de Santucho, que se encontraba preso en Tucumán.
Una señora que estaba comprando en el momento del asalto casi sufre un desmayo y Menna procedió a dejar su arma, calmar a la señora, tomándole el pulso[3] y ofreciéndole un vaso de agua.
Menna fue enviado al reunión de la Cuarta Internacional en París, en representación del PRT, donde se encontró con Nahuel Moreno, quien logró aislar al PRT El Combatiente, organización que abandonó la Cuarta Internacional.
Los primeros meses del 73 fueron importantes, tras la vuelta a Córdoba toma contacto con una compañera que había militado en Tucumán y había sido encarcelada tras ser capturada durante un reparto de juguetes a niños humildes, pero que fue amnistiada luego del devotazo, era Ana María Lanzillotto.
Un día antes Menna se desplazaba en auto cuando fue detenido por la policía en el barrio Bustos de Córdoba.
En agosto de 1974 Menna hizo su última aparición en público en un acto masivo en el Córdoba Sport.
Inmediatamente fue llevado a Campo de Mayo, donde fue brutalmente torturado durante meses hasta ser asesinado.
Los militares terminaron imponiéndole un plazo de 2 días a Menna para que diera información.
[9] Una vez que Ana María Lanzilloto, esposa de Menna, dio a luz, el hijo les fue secuestrado.