Los dominios de Suecia o Svenska besittningar («posesiones suecas») son aquellos territorios históricamente bajo el control de la Corona sueca, pero que, sin embargo, nunca estuvieron completamente integrados en Suecia.
Estonia pasó a estar bajo el gobierno sueco en 1561 para recibir protección contra Rusia y Polonia, al perder la Orden Livona su punto de apoyo en las provincias bálticas.
El área estuvo significativamente poblada por suecoestonios, los cuales habitaron la zona durante siglos tras perder Suecia el control de esta.
Tras la Ofensiva del Báltico y la reocupación de Estonia en 1944, prácticamente todos los suecoestonios emigraron a Suecia.
La ley y estructura de la administración local suecas se usaron en la zona, la cual no muestra haber tenido ninguna tradición legal escrita posterior.
Durante apenas un siglo, tiempo que duró como terreno sueco, fue la segunda ciudad más grande tras Estocolmo.
Blekinge, Bohuslän (de Noruega), Halland and Escania fueron cedidas por Dinamarca y posteriormente defendidas con éxito en la Guerra Escanesa (1674-1679).
A través de sus principados alemanes, los diferentes reyes suecos, ya sea como príncipes y duques, o Reichsfürsten, del Sacro Imperio Romano, tomaron parte en las dietas alemanas desde el año 1648 hasta la disolución del Imperio en 1806.