Tomás Pérez de Estala (1754-1827) fue un maestro cerrajero aragonés.
Desde muy joven trabajó en varios talleres en España y desde 1776 también en Francia, donde aprendió tecnologías modernas desconocidas en su país.
También viajó a Inglaterra, donde conoció los efectos de la revolución industrial.
[4] Pérez de Estala encargó una copia del cuadro para poder decorar sus dos residencias.
[5] Existe una copia o réplica de este retrato, de dimensiones 99 × 77,5 cm que se encuentra en una colección privada en Madrid.