El aliento perdido

El aliento perdido (en inglés: Loss of Breath), también conocida como Pérdida de aliento o Sin aliento: un cuento ni dentro ni fuera del "Blackwood" (en inglés: Loss of Breath: A Tale Neither in Nor Out of "Blackwood"), es un cuento escrito por el autor estadounidense Edgar Allan Poe bajo el seudónimo de "Littleton Barry".

[2]​ Un cuento satírico, la historia es narrada por el señor Sinaliento, quien relata su intento de encontrar y recuperar su aliento perdido, que literalmente ha extraviado.

En mitad del discurso, Sinaliento se da cuenta de que literalmente ha perdido el aliento.

Luchando por hablar, se retira a su habitación privada para meditar sobre el extraño suceso.

Sinaliento decide abandonar el país para mantener oculta su condición, pero tiene algunos asuntos pendientes en la ciudad.

El cirujano comienza inmediatamente una disección a Sinaliento, durante la cual nota señales de movimiento.

Creyendo que Sinaliento puede estar vivo, el cirujano llama a un boticario y rápidamente extrae varios órganos para su posterior disección.

Cuando critica a otra figura, que le parece familiar, el hombre despierta y se defiende.

Sinaliento descubre que este hombre es su vecino, el señor Airedesobra (original: Mr.

Windenough), quien relata que sintió una repentina y segunda respiración cuando pasaba por la casa del narrador.

En la historia, Peter Schlemihl vende su sombra al diablo por una cartera sin fondo (como el saco de oro de Fortunatus), sólo para descubrir que un hombre sin sombra es rechazado por las sociedades humanas.

La mujer a la que ama le rechaza y él mismo se consume de culpa.

Estas imposibilidades intrigaron a muchos durante el siglo XIX porque los nuevos descubrimientos refutaban creencias previas que se creían verdaderas.

Otra imposibilidad física percibida y sugerida en el cuento de Poe es la reanimación.

Sin embargo, poco después el personaje se despertó y volvió a la vida.

Utilizando tratados médicos accesibles, el público y los escritores pudieron inferir e intentar diagnosticar.

[8]​ Los experimentos hipnóticos dieron paso al sensacionalismo, del que muchos críticos acusaron a Poe de utilizar.

Sinaliento representaba un estado de muerte artificial que empujaba los límites del potencial humano y exploraba las sensaciones y la conciencia que se sentían en la transición consciente de la vida a la muerte.

Por ejemplo, el narrador comenta: "todos mis miembros estaban dislocados", "me rompieron ambos brazos" y "me cortaron las orejas"; sin embargo, estas cosas nunca resultaron paralizantes para el narrador.

En el siglo XIX se produjeron numerosos casos de entierros prematuros, lo que preocupó a muchos.

Por otra parte, en la fosa común, Sinaliento descubrió que Airedesobra en realidad estaba vivo, aunque se le consideraba muerto tras sufrir un ataque epiléptico.

[8]​ Otra crítica a las prácticas médicas fue la falta de instrumentos y tecnología precisos.

Muchos consideraban que los médicos proporcionaban a los pacientes información incompleta o inconsistente durante la época de Poe.

Una pila galvánica simple, una batería eléctrica utilizada a menudo como dispositivo médico en el siglo XIX .