El grito de la lechuza

[3]​ Highsmith se basó en su propia experiencia como acosadora: años antes, cuando trabajaba en una tienda de la ciudad de Nueva York, se obsesionó con una mujer a la que había atendido.

[4]​ El escenario de este libro es muy parecido al área donde Highsmith vivía en ese momento: New Hope, Pensilvania.

[5]​ Highsmith terminó su relación con Marijane Meaker aproximadamente cuando ella comenzó a trabajar en esta novela, en abril de 1961.

Posteriormente probó varias opciones de acción para comprobar su coherencia lógica.

Él se sorprende cuando ella lo invita a su casa después de verlo una noche.

[7]​ Jenny ve su encuentro casual como un acto del destino y rompe su compromiso con el irascible Greg Wyncoop, quien está resentido y comienza a espiar a la pareja.

Durante las siguientes semanas, Jenny persigue a Robert, contactándolo en su casa y en su trabajo en Langley Aeronautics.

Cuando se denuncia la desaparición de Greg, la policía sospecha que Robert lo ha asesinado, aunque en realidad Robert fue víctima del ataque de Greg y lo había visto con vida por última vez.

Una de las balas lo hiere, pero la policía no parece creer que Greg esté vivo y los vecinos de Robert lo condenan por "llevar a una joven por mal camino" y "conducirla a la muerte".

Pero una vez que comienza a rodar, la historia se acelera rápidamente, los peligros y el suspenso se acumulan y el lector llega de muy buena gana a la conclusión.

[1]​ El New Yorker opinó que: "“Highsmith genera suspenso a partir de un tipo diferente de miedo: no el miedo a la muerte, que impulsa la mayoría del entretenimiento centrado en el crimen, sino el miedo más mezquino e íntimo a la humillación, a ser atrapado en la calle sin nada puesto... Hay algo más aquí, difícil de identificar, que nos arrastra implacablemente, como lo hacen los thrillers: una resaca, una oleada de corriente de tercer carril”.

El mensaje argumental que impulsa toda la obra de Highsmith es igualmente simple y claro: vivimos sobre hielo delgado.