La historia comienza con Livia, una mujer blanda y civilizada, prisionera de la tribu de la selva Bakalah, que han capturado y matado a su hermano.
Manteniendo su parte del trato, Conan y sus guerreros matan a los Bakalah y su jefe brutalmente después de participar con ellos en una fiesta que dura toda la noche.
Pero, cuando Livia ve a Conan empapado en sangre ir hacia la cabaña, pensando que quiere reclamar su recompensa, ella rompe su acuerdo y huye al interior de la selva, a un extraño valle con hermosas flores, habitado por extrañas mujeres de piel marrón con inclinaciones lésbicas.
Livia se entusiasma por la belleza misteriosa de las mujeres y aturdida por el olor de las flores alucinógenas no nota que será sacrificada a un demonio.
Conan, pronto interfiere de nuevo en su nombre y después de haber luchado y ahuyentado al demonio, Conan le regaña bromeando por haber huido, diciendo que nunca tuvo la intención de obligarla a tener relaciones sexuales, lo que a su juicio habría sido una acción tan condenable como violarla, con lo que la deja en libertad.