Resultó elegido Manuel Quintana, un independiente con un leve pasado mitrista, apoyado por el Partido Autonomista Nacional, que gobernó ininterrumpidamente el país desde 1876 hasta 1916, sin alternancia y bajo un virtual régimen de partido único.
En 1904 la República Argentina estaba constituida por quince distritos electorales (14 provincias y la Ciudad de Buenos Aires), en los que la población tenía derecho a voto, mientras una gran parte del territorio estaba organizada en diez «territorios nacionales», donde la población no tenía derecho a voto.
La línea modernista del Partido Autonomista liderada por Carlos Pellegrini que el año anterior había roto con Roca, el aggiornamento del mitrismo que impulsaba Emilio Mitre por medio del Partido Republicano y la abstención electoral con amenaza de lucha armada que mantenía la Unión Cívica Radical, anticipaba la necesidad de una profunda reforma política en Argentina.
Pese a las dificultades que enfrentaba el roquismo, Quintana fue elegido por amplio margen en el Colegio Electoral.
Se considera que los comicios legislativos de ese año fueron más importantes, debido al histórico triunfo de Alfredo Palacios, que se convirtió en el primer candidato socialista del continente americano en obtener un escaño en una elección legislativa.