Su principal oponente sería Enrique Peñaloza Camet, de la Unión Cívica Radical (UCR), partido oficialista a nivel nacional.
Lo mismo sucedió con las intendencias, pues todas las municipalidades excepto la de General Ángel V. Peñaloza permanecieron en manos del justicialismo.
[1] La reforma constitucional permitía dos bancas para los partidos minoritarios que, no imponiéndose en ningún departamento, superaran el 2% de los votos.
Luis Beder Herrera, vicepresidente segundo del legislativo, se encargó de encabezar la provincia hasta las siguientes elecciones.
El candidato de la UCR fue el alfonsinista Enrique Peñaloza Camet, que había sucedido en el liderazgo del radicalismo riojano al balbinista Raúl Alfredo Galván tras su derrota en 1983.
[1] Menem descartó las acusaciones del radicalismo como desesperadas, y afirmó que su idea de un proyecto nacional implicaba poner a La Rioja nuevamente en el centro del país, como una provincia destacada, al tiempo que prometía generar trabajos y crecimiento económico.
Esto llevó a que la rama femenina del radicalismo enviara una carta criticándolo por no centrarse en los problemas riojanos.