La religiosa capuchina se caracterizó por una especial devoción a la Eucaristía e hizo lo posible para que en los monasterios de capuchinas españolas se implanta la Adoración Perpetua.
En principio no tuvo éxito, pero una vez elegida abadesa de San Antón en 1908, decidió implementar en dicho monasterio su deseo.
Reelegida abadesa en 1920 decidió además acoger niñas en el monasterio con la idea de educarlas y enseñarles a amar el misterio eucarístico.
Al año siguiente de la fundación, Trinidad, junto con once compañeras, tomaron posesión del nuevo monasterio de Chauchina para dar inicio a la nueva congregación.
[5] En 2011, las Esclavas de la Eucaristía eran unas 203 religiosas, en 28 monasterios,[1] distribuidos en Angola, Cabo Verde, España, México, Perú, Portugal, Timor Oriental y Venezuela.