Estancia Jesuítica Jesús María

Durante el primer tercio del siglo XVIII, comenzó la construcción de los sectores más destacados del edificio, inaugurándose el refectorio, ocho cuartos y una nueva bodega.

El conjunto se presenta como un texto complejo formado por dos unidades existentes y otras dos ya desaparecidas.

Esta estancia se caracterizó por la producción vitivinícola, que alcanzó un alto grado de desarrollo y calidad, y que se ha prolongado en el tiempo constituyendo hoy una característica de la zona.

En la planta alta accedemos ala escalera que se dirige hacia la espadaña, la tribuna y el coro de la iglesia, la cocina, el fregadero y dentro del corredor norte, con bóveda de medio cañón y cuatro aberturas que miran al patio central, se encuentran el refectorio o comedor, los aposentos o dormitorios, los lugares comunes o baños y la habitación anexa.

[2]​ El Padre Travi aceptó prontamente el ofrecimiento y encomendó la tarea a tres renombrados sacerdotes jesuitas: P. Guillermo Fürlong, P. Pedro Grenón y P. Oscar Dreidemie.

Este último se convirtió en el primer director del museo.

Durante el año se realizan conciertos, conferencias, talleres, seminarios, presentaciones de libros y exposiciones temporarias.

El edificio que ahora visitamos como museo, fue construido en la primera mitad del siglo XVIII.

La antigua residencia obraje de la estancia jesuítica de Jesús María.
Galería de la planta alta, con entrepiso de bóvedas y techo superior de cabreadas.