Europa primero

Por un lado, Japón había atacado en forma directa a Estados Unidos en Pearl Harbor, y la Armada Japonesa amenazaba al territorio estadounidense en una forma en la que Alemania, con una flota de superficie limitada, no estaba en posición de hacer.

[5]​ Antes del ataque a Pearl Harbor, los planificadores estadounidenses previeron la posibilidad de una guerra con dos frentes.

El Jefe de Operaciones Navales, Harold R. Stark fue el autor del memo Plan Perro, el cual proponía concentrarse en obtener la victoria en Europa y mantener una posición defensiva en el Pacífico.

Mientras que el Almirante de la Flota de la Marina de los Estados Unidos, Ernest King, era un ferviente creyente en la estrategia, contrario las percepciones británicas, su agresión natural no le permitió dejar recursos ociosos en el Atlántico que podían ser utilizados en el Pacífico, especialmente cuando "era dudoso cuando -si es que alguna vez lo hacían- cuando los británicos autoricen una operación al otro lado del Canal".

[7]​ King se quejó una vez que el Pacífico requería un 30% de los recursos aliados pero solo estaba recibiendo el 15%.

La guerra contra Japón era el problema el cual se había dedicado a estudiar durante casi una vida entera, y resentía la idea de que los recursos estadounidenses sean utilizados para otros fines diferentes a la destrucción de Japón.

[11]​ Como consecuencia de ello, los estadounidenses asignaron más recursos para derrotar a Japón que en Europa en un principio.

Contra Japón, Estados Unidos había movilizado 1.873.023 hombres, 7.857 aviones y 713 buques de guerra.

Sin embargo, pese a que la mayoría de los recursos estadounidenses fueron asignados al frente europeo en 1944, EE.

El gobierno australiano había solicitado a los Estados Unidos ayuda militar en 1942, cuando tuvo que enfrentarse a la posibilidad de una invasión japonesa, y mientras que Australia contribuyó significativamente en la Guerra del Pacífico, nunca fue un socio igualitario en la toma de decisiones estratégicas con los Estados Unidos.

[14]​[15]​ Se argumentó que la presencia británica sirvió como para contrarrestar la poderosa y creciente presencia de los Estados Unidos en el Pacífico, y que los australianos recibieron con brazos abiertos a la Flota Británica del Pacífico cuando establecieron su base principal en Sídney.

Pese a las objeciones de King, la Flota Británica del Pacífico se desempeñó en forma satisfactoria en el Pacífico, ya que las cubiertas blindadas de sus portaaviones resistieron bien a los ataques kamikaze japoneses.

No obstante, la presencia británica contra Japón fue limitada hasta la última parte de la guerra.

La visión poco crítica de que "Europa primero" dictó la asignación de recursos ha hecho que muchos académicos subestimen el compromiso estadounidense a la guerra en el Pacífico y los recursos requeridos para derrotar a Japón.