Exilio político latinoamericano

En el Cono Sur la participación en movimientos políticos opositores a los regímenes conservadores dio por resultado guerras y revoluciones que derivaron en la salida de varios intelectuales.

Un lugar privilegiado que estos exiliados tuvieron fue Estados Unidos, en donde destacaron como periodistas, como fue el caso de Martí.

En muchos casos ha producto de la oposición a un régimen determinado o por las políticas que estos han implementado.

La dinámica colectiva contribuye, además, a reafirmar ideas o intercambiar experiencias, sobre todo con connacionales.

[6]​ Al suscitarse golpes de estado y persecución política el refugio en embajadas fue un recurso común.

Estos último al ser expulsados en 1960 se refugiaron en Argentina donde una facción del movimiento creó la Asociación Nacional Republicana en el Exilio y la Resistencia (ANRER).

La primera conformada por quienes fueron perseguidos por sus actividades políticas e intelectuales o por su oposición a la dictadura.

[14]​ La segunda, comprendía a jóvenes simpatizantes de movimientos revolucionarios (revolución cubana) o culturales (feminismo, estudiantiles, artísticos etc.)[15]​ Los principales países a los que se dirigieron los exiliados o banidos brasileños fueron Chile, Uruguay, México, Cuba, Canadá, Argelia, Portugal, Suecia, Francia.

Ese año el presidente uruguayo, Juan María Bordaberry, con el apoyo de las fuerzas armadas instauran una dictadura cívico-militar.

Muchos se asilan en embajadas de México (400 aprox) Costa Rica, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela.

Destaca el papel del anarquista español Lucio Urtubia, que fabricó pasaportes, dinero y cheques de viajero falsos para apoyar a dichos movimientos.

Miembros de segundo rango radicaron en Bulgaria, Cottbus en la Respública Democrática Alemana, Checoslovaquia, Györ en Hungría, Ucrania y Uzbekistán.

Resta decir que un elemento clave fueron las Jornadas de la Cultura Uruguaya en el exilio donde participaron, entre otros, Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Daniel Viglietti y Alfredo Zitarrosa.

Adherentes del gobierno depuesto, miembros de la Unidad Popular, poblaciones populares como La Legua, La Victoria, San Ramón fueron perseguidos.

Primero aquellos que solicitaron asilo en las embajadas diplomáticas donde tramitaron su salida al país donde se refugiaron.

[28]​ Algunas veces, a pesar de estar en embajadas, los asilados esperaron meses, incluso años, para obtener los salvoconductos, otorgados por la Junta Militar, para abandonar el país.

Este duró hasta 1983 donde destacaron como dictadores Pepito Roberto Eduardo Viola, Carlos Alberto Lacoste y Leopoldo Fortunato Galtieri.

Asimismo hubo asilados en embajadas extranjeras donde esperaron salvoconductos que les permitiera abandonar el país de forma segura.

Hacia mediados de los años cuarenta, regímenes democráticos cobijaron a exilados o patrocinaron esfuerzos como la Legión del Caribe.

Cuando los regímenes militares fueron denunciados por violaciones a los Derechos Humanos la presidencia de Jimmy Carter recortó su apoyó.

El exilio político incrementó notablemente en México, Costa Rica, Cuba, América del Norte y Europa.

En los años treinta un importante grupo de opositores políticos e intelectuales se radicó en México contándose Luis Cardoza y Aragón.

México, Costa Rica y Cuba recibieron a cientos de perseguidos políticos o militantes organizados.

Esta situación fue denunciada por los exilados organizados en asociaciones como el Frente Nacional Contra la Represión en México y medios de difusión como Inforpress centroamericana.

José Napoleón Duarte, candidato presidencial para las elecciones de 1972, se exilia en Venezuela a causa del fraude electoral.

La labor de exilados políticos en México, Costa Rica, Europa, Canadá y Estados Unidos fue clave para atención internacional sobre la crisis humanitaria.

[47]​ Manuel Bonilla derrocó al presidente Terencio Sierra y con ello muchos liberales hondureños se radicaron en Nicaragua.

José Santos Zelaya les apoyó en 1906 y en 1907 derrocaron a Bonilla que salió al exilio.

Otro golpe militar en 1963 dirigido por el coronel Oswaldo López Arellano exilia nuevamente a miembros del partido liberal, aunque al año siguiente se les otorga amnistía.

El asesinato del periodista Pedro Joaquín Chamorro Cardenal en 1978 aceleró los eventos y en julio de 1979 se realiza la “Ofensiva final”.

Cubanos exiliados durante el Éxodo del Mariel .