Felipe de Liaño (fallecido c. 1600), fue un pintor español, discípulo de Alonso Sánchez Coello y especializado en la pintura de retratos hechos en pequeño formato que en su época fueron muy estimados, por lo que Antonio Palomino dice que fue conocido como Tiziano pequeño.
Pocos datos hay seguros de su vida y ninguna obra que se le pueda asignar con certeza, pero son numerosos los testimonios literarios que aluden a la excelencia de sus retratos y a su fama como retratista de Felipe II.
Éste se lo pasó a Francisco de Goya para que lo copiase con destino a las ilustraciones que se proponía incluir en su Diccionario, lo que finalmente no tuvo efecto, pero el dibujo a lápiz rojo hecho por Goya, con la inscripción «Felipe Liaño Pint.», se ha conservado (colección particular).
El también pintor y tratadista Jusepe Martínez en sus Discursos practicables del nobilísimo arte de la pintura, elogiando su singular talento como «retratador en pequeño», informaba de que había enseñado su arte a una hija suya, que casi igualó al padre.
Esa ausencia de obras seguras hizo que resultasen especulativas todas las atribuciones intentadas, algunas de las cuales deben además ser descartadas por su fecha tardía, permaneciendo así su figura artística en una «inconcreta nebulosa».