En 1899, acompañó a su hermano Manuel en un gran viaje a la antigua Persia, de casi un año de duración, encargándose de reunir colecciones botánicas.
[2][3] Este viaje les llevó a visitar las actuales Turquía, Siria, Irak e Irán, desde Alejandreta hasta Ispahan.
Debido a las penalidades de la expedición, junto con su delicada salud, muere a los pocos meses de volver a Madrid.
En el Real Jardín Botánico de Madrid se conservan muchos de los especímenes botánicos colectados por Fernando; este material ha sido estudiado, entre otros, por Carlos Pau Español y Carlos Vicioso Martínez[4] y Karl Heinz Rechinger.
[5] Un catálogo de estos fondos puede encontrarse en la publicación de Ramón Morales, Paloma Blanco y Margarita Dueñas[6]