La fotografía abstracta, a veces llamada fotografía no objetiva, experimental o conceptual, es un medio de representar una imagen visual que no tiene una asociación inmediata con el mundo de los objetos y que ha sido creada mediante el uso de equipos, procesos o materiales fotográficos.
Una fotografía abstracta puede aislar un fragmento de una escena natural con el fin de eliminar su contexto inherente al espectador, puede estar escenificada a propósito para crear una apariencia aparentemente irreal a partir de objetos reales, o puede implicar el uso del color, la luz, la sombra, la textura, la forma y/o la figura para transmitir un sentimiento, una sensación o una impresión.
La imagen puede producirse utilizando equipos fotográficos tradicionales como una cámara, un cuarto oscuro o un ordenador, o puede crearse sin utilizar una cámara manipulando directamente la película, el papel u otros medios fotográficos, incluidas las presentaciones digitales.
[2] La exposición propuesta no se llevó a cabo, pero Coburn creó posteriormente algunas fotografías claramente abstractas.
Convirtió las palabras, el concepto y la visualización del concepto en arte en sí mismo, y al hacerlo creó una obra que presentaba otro tipo de fotografía abstracta, de nuevo sin definir el término en sí.
En 1842 John William Draper creó imágenes con un espectroscopio, que dispersaba los rayos de luz en un patrón visible no registrado hasta entonces.
Una década más tarde, el Armory Show de Nueva York provocó un escándalo al mostrar obras completamente abstractas de Vasili Kandinski, Georges Braque, Marcel Duchamp, Robert Delaunay y otros.
Hacia 1910, en Nueva York Alfred Stieglitz comenzó a exponer a pintores abstractos como Marsden Hartley y Arthur Dove en su galería de arte 291, que hasta entonces sólo había expuesto fotografía pictórica.
Fotógrafos como Stieglitz, Paul Strand y Edward Steichen experimentaron con temas representativos fotografiados en composiciones abstractas.
[13] Dos años más tarde, Alvin Langdon Coburn comenzó a experimentar con una serie que llamó Vortografías.
Las imágenes resultantes no guardaban relación con las realidades que veía ni con sus anteriores retratos y paisajes urbanos.
En Europa, Praga se convirtió en un centro de fotografía de vanguardia, con František Drtikol, Jaroslav Rössler, Josef Sudek y Jaromír Funke creando fotografías influenciadas por el cubismo y el futurismo.
Man Ray, Maurice Tabard, André Kertész, Curtis Moffat y Filippo Masoero fueron algunos de los artistas más conocidos que produjeron imágenes sorprendentes que cuestionaban tanto la realidad como la perspectiva.
Entre los más conocidos de la generación de principios del siglo XXI se encuentran Gaston Bertin, Penelope Umbrico, Ard Bodewes, Ellen Carey, Nicki Stager, Shirine Gill, Wolfgang Tillmans, Harvey Lloyd y Adam Broomberg & Oliver Chanarin.