Dicha flota llegó al actual Porto Seguro de Bahía, pero a excepción de Salvador de Bahía —la primera capital brasileña— el resto del territorio aún permanecería inexplorado durante los siguientes 50 años.
Gonneville afirmó que cuando visitó la zona, comerciantes franceses de Saint-Malo y Dieppe ya habían estado comerciando en esa zona por varios años.
Villegaignon aseguró la posición pactando alianzas con los tamoio y los tupinambá, tribus indígenas que estaban luchando contra los portugueses.
Sin embargo, el Reino de Francia falló en usar las alianzas tejidas por Villegaignon para expandir el poder francés en el Nuevo Mundo, tal y como estaba haciendo Jacques Cartier en la Nueva Francia.
Sin hallar resistencia por parte de los portugueses, que en un primer momento no advirtieron la llegada francesa, Villegaignon se dedicó a expandir la colonia haciendo un llamado de más colonos en 1556.
Envió una de sus naves, la Grande Roberge, a Honfleur, portando cartas para el rey Enrique II, para Gaspard de Coligny y según algunas fuentes, para el líder protestante Juan Calvino.