Francisco Borrero y Limón

[1]​ Tomó parte activa de la Saguntada en 1874, pronunciamiento que supuso la Restauración Borbónica y el fin de la Primera República Española.

[3]​ En relación con la crisis de Filipinas, Borrero afirmó que «con cada reforma debe mandarse un batallón peninsular: allí no hay más que dos sistemas: o la fuerza moral o la fuerza material».

[3]​ Con el tiempo desarrolló una profunda animadversión hacia el general Martínez Campos,[2]​ su «enemigo personal».

[6]​ Según un artículo de Le Figaro hacia 1892 Cánovas y Borrero habrían tejido una conspiración en contra de la regente María Cristina.[6]​[n.

2]​ Electo senador por Cuenca en 1896,[8]​ no llegó a jurar tras ser arrestado al ser sorprendido en un duelo con Martínez Campos.

El general Borrero, junto a su amigo Romero Robledo en el día de la inauguración del Nuevo Círculo Romerista (1900).